A la hora de realizar una traducción en los campos de la Química, la Farmacia, la Medicina y otros afines, debe considerarse que la traducción consiste en conseguir el equivalente más exacto posible de un texto original a un texto de destino.
En la traducción técnica, entender bien este mensaje es fundamental porque se divulgan conocimientos, tecnología, se adquieren derechos y expectativas. Hay que hacerlo bien porque la traducción técnica nunca te perdonará un error.
A continuación, aprovechamos este espacio para presentarles unas reglas básicas de World Traducciones para obtener una traducción técnica fiel, rigurosa y precisa.
1) Respetar el contexto.
Un traductor sin contexto no es nadie. Es imposible obtener una buena traducción sin considerar en qué escenario nos movemos, a quién va dirigida, para qué fin, etc.
No es lo mismo traducir una patente o un manual, una página web, un artículo científico o un consentimiento informado. Cada documento tiene unas necesidades específicas que un traductor debe conocer y dominar. Primero hay que entender para definir una estrategia de traducción. Sólo si estamos seguros de entender podremos traducir.
2) Obtener información previa.
Hay que recabar información sobre el tema en cuestión. Es clave estar al día sobre los conocimientos incluidos en nuestra traducción, recurriendo a material ya publicado o similar traducido con anterioridad u otros documentos de referencia. Así será útil consultar la información relacionada con el texto a traducir, que puede encontrarse en libros de texto, tesis doctorales, manuales, patentes ya concedidas del mismo campo e incluso en foros especializados.
3) Trabajar la terminología y localización del texto.
Antes de empezar una traducción, debemos localizar diccionarios y glosarios (impresos, on line en Internet) sobre el/los tema(s) implicados en la misma.
Realizar un glosario previo con los términos más importantes será de gran ayuda.
Y cuidado con los problemas de localización. Debe utilizarse siempre, en nuestro caso, un español neutro que evite malas interpretaciones en los países de destino. Elaborar tablas con equivalencias según regiones será de gran ayuda y evitará más de un malentendido.
4) Vigilar la gramática y la ortografía.
Una buena traducción debe reproducir con exactitud y precisión lo expresado en el idioma de partida, incluyendo ambigüedades, dobles sentidos y giros que haya podido incluir el autor. Deben respetarse siempre las reglas de ortografía y gramática del idioma de destino.
Por ejemplo, no es inusual encontrarnos con anglicismos en la adjetivación, es decir, se traslada al español el sistema inglés de formar adjetivos añadiendo –al al sustantivo, inventando así adjetivos que no existen en español. Un ejemplo sería traducir fungal como fungal en vez de fúngico, o chromosomal como cromosomal en vez de cromosómico.
Especial cuidado merece el abuso de los adverbios terminados en –mente. Por ejemplo, remarkably. Es fácil caer en la tentación de optar por notablemente cuando sería más correcto hablar de es notable; o términos aceptados en inglés como industrially cuya traducción directa al español como industrialmente resulta muy forzada, siendo preferible en este caso traducirlo como a nivel industrial o incluso desde el punto de vista industrial.
Cuidado también con las frases demasiado largas. Nuestro idioma añade palabras en la traducción y ello puede contribuir a la pérdida de precisión en la traducción. Una traducción técnica debe ser clara, precisa, directa, con la terminología correcta y por tanto debe regirse por la regla “No digas con cinco palabras lo que puedas decir con tres” siempre que sea posible y correcto desde un punto de vista gramatical y semántico. Así por ejemplo está aceptada en la RAE la palabra “obtenible” y no es necesario traducir el término inglés “obtainable” por “que puede obtenerse”.
En las traducciones científicas de inglés a español, suelen ser problemáticos, entre otros, los gerundios, las frases en pasiva, el orden incorrecto en la sintaxis, las perífrasis verbales, las preposiciones que acompañan (o no) a determinados verbos y los artículos con respecto a las estructuras gramaticales.
Por ejemplo, es muy fácil caer en la tentación de traducir por gerundios las formas verbales terminadas en –ing. Así, no es inusual encontrar que “the method consisting of the following steps” se traduzca siempre como “consistiendo el método en las siguientes etapas” cuando en ocasiones lo correcto sería “el método que consiste en las siguientes etapas”.
Debe evitarse también el abuso de los gerundios en las traducciones de los títulos al español. Un título como “Upgrading the IFF Capabilities in Manpads Systems” podría ser traducido como “Modernizando las capacidades IFF en sistemas manpads”. Se entiende pero la traducción más correcta sería “Modernización de las capacidades de identificación de amigo y enemigo (IFF) en sistemas portátiles de defensa antiaérea”. Si el lector final es un experto en el tema, la traducción correcta y precisa sería “Modernización de las capacidades IFF de sistemas manpads”.
En cuanto a las frases en pasiva, en los textos técnicos suele ser menos común su uso frente a la forma activa, prefiriéndose además la pasiva refleja. Así la frase, “The reaction mixture was heated at 100ºC” tiene una traducción más adecuada en español como “Se calentó la mezcla de reacción a 100ºC” que si se deja literalmente como “La mezcla de reacción fue calentada a 100ºC”. En este ejemplo también podemos observar cómo la inversión sujeto-verbo de la frase ayuda a su mejor comprensión y fluidez.
Por otro lado, suele ser problemática la traducción de perífrasis verbales. Aunque en este tipo de textos técnicos no suelen abundar, ¿cómo habría que traducir una expresión del tipo: “the product to be obtained”?, ¿el producto a obtener? ¿el producto que va a obtenerse? o ¿el producto que debe obtenerse?
Con respecto a las preposiciones que acompañan o no a verbos en idiomas como el inglés y el español pueden ponerse algunos ejemplos:
– To allow for = permitir, sin preposición en español, siendo incorrecto traducir “that measure allows for the simplification…” como “esa medida permite para la simplificación”
– To consist of = ¿consistir de? o ¿consistir en? En este caso además de consultar diccionarios generales inglés-español para conocer el uso correcto, debe mencionarse como referencia el Diccionario Panhispánico de Dudas de la Real Academia Española de la Lengua, que puede consultarse on line, por ejemplo para el caso de consistir véase el siguiente enlace: http://lema.rae.es/dpd/?key=consistir
– A la inversa, hay verbos y otras construcciones que en inglés no llevan preposición pero que la piden en la traducción al español: to affect = afectar a, the fact that = el hecho de que…
En cuanto a la ortografía, la gran referencia a consultar será siempre la RAE, y cuidado con los extranjerismos: a veces es más frecuente el uso del extranjerismo, como “whisky” aunque esté aceptado “güisqui”, y al contrario se va utilizando cada vez más “nailon” para referirse al material sintético de marca comercial “Nylon”. Siempre conviene consultar la RAE antes que usar directamente la palabra extranjera, por ejemplo frente a “passe-partout” es preferible la adaptación gráfica del término francés “paspartú” (orla de cartón o tela que se pone entre un dibujo, pintura, fotografía, etc., y su marco).
5) Cuidar el uso de mayúsculas.
Un error común en las traducciones científicas es el mal uso de las mayúsculas al pasar del idioma de partida al de llegada. En inglés o en alemán, algunos sustantivos se escriben en mayúsculas (los nombres de los días y los meses, o de pueblos, razas o idiomas, por ejemplo), pero en las lenguas romances no. Así, nos encontraremos Friday frente a vendredi o viernes, o English frente a anglais o inglés.
Cuidado también con el nombre de principios activos y componentes que no son marcas comerciales (éstas siempre se dejan en mayúscula). Deben aparecer en minúscula en español o francés. Así, se usará Gelocatil frente a paracetamol, la marca registrada en mayúscula y el principio activo en minúsculas.
Y en el caso de los títulos en inglés, suelen aparecer en mayúscula todas las palabras (a excepción en algunos casos de preposiciones y conjunciones) mientras que en español es de uso más común dejar en mayúscula sólo la primera palabra del título: Materials And Methods, se traducirá como Materiales y métodos.
Sin embargo, se mantendrán también en español todas las palabras principales en mayúsculas (es decir a excepción de preposiciones, conjunciones y artículos) en los nombres de entidades, organismos, departamentos o divisiones administrativas, edificios, monumentos, establecimientos públicos, partidos políticos, etc.: el Ministerio de Hacienda, la Casa Rosada, la Biblioteca Nacional, el Museo de Bellas Artes, la Real Academia de la Historia, la Facultad de Medicina o el Departamento de Recursos Humanos.
6) Nunca debe fiarse de los falsos amigos.
¡Cuidado con los falsos amigos!
En campos en constante desarrollo, donde frecuentemente se adoptan neologismos (especialmente, anglicismos) para nuevos términos, hay que considerar siempre si existe un mejor equivalente en el idioma de destino (por ejemplo, “slogan” puede traducirse como “lema” y no olvidemos que “acacia” es “goma arábiga” en español, “constipated” es “estreñido” y “castor oil” es “aceite de ricino” no “aceite de castor”.
Energize no es energizar sino activar o excitar. Maximal no es maximal sino máximo. Carbon no es carbón sino carbono, hydrocarbon no es hidrocarbono sino hidrocarburo y para terminar trace element no es elemento traza sino oligoelemento.
7) Hay que dominar las siglas…
Es un tema que puede resultar importante e incluso complicado. Una mala gestión de la traducción de las siglas significará confusión.
En un texto técnico las abreviaturas y siglas abundan. Conviene traducirlas siempre que se pueda y se reconozcan en el idioma de llegada (un paciente puede no entender si se le indica que se ha infectado por HIV y puede desarrollar AIDS, en vez de usar las siglas de amplio uso en español, VIH y SIDA). En otros casos, en los que son más conocidas y se usan en su idioma original, resulta más útil dejarlas tal cual para no dar lugar a confusiones (por ejemplo, los polímeros suelen referirse por sus siglas en inglés, así si quisiéramos traducir el PET (poli(tereftalato de etileno)) por “PTE” podría confundirse con el plomo tetraetílico en español).
8) … y la nomenclatura.
Otro tema importante en el campo de la Química es la nomenclatura. Han de conocerse y respetarse las reglas establecidas en cada idioma, ya que no siempre coinciden en cuanto a la terminología o el orden, por ejemplo. Sería incorrecto traducir literalmente, palabra por palabra, compuestos como los siguientes:
“benzoic acid methyl ester” es el éster metílico del ácido benzoico (también conocido como “methyl benzoate” o “benzoato de metilo” traducido al español)
“glutamic acid sodium salt” es la sal sódica del ácido glutámico
“polyethylene terephthalate” es el polímero poli(tereftalato de etileno), tal como señalábamos anteriormente.
9) Controlar las unidades de medida y decimales
¡Acabemos con el tratamiento caótico que se da a este punto!
A veces resulta necesario convertir las unidades de algunas de las magnitudes a las que se hace referencia (o al menos indicar su conversión al Sistema Internacional de Unidades), así como cambiar los puntos por comas (o a la inversa) en los decimales y unidades de millar de las cifras. En inglés, por ejemplo, se usan puntos para los decimales y comas para las unidades de millar, al revés que en español. Por eso, lo correcto es indicar los decimales con comas y las unidades de millar con puntos.
Incluso podemos encontrarnos tablas enteras con valores como .98 o .04. El traductor deberá añadir un cero delante del punto decimal que se va a cambiar por una coma, de manera que el valor inicial .98 o .04 quedará correctamente expresado como 0,98 o 0,04.
Internet, por ejemplo http://www.metric-conversions.org/es proporciona herramientas muy útiles para realizar un buen trabajo con las conversiones.
10) No descuide el estilo. Cuide la sintaxis.
Dependiendo de la naturaleza del texto a traducir, habrá que adaptar el estilo final de la traducción, siempre respetando al máximo la naturaleza del original.
Así, una patente debe caracterizarse por su rigurosidad, homogeneidad y lenguaje controlado.
Un artículo científico o una tesis doctoral destacan por su alto nivel técnico ya que suelen ir dirigidos a personas de grandes conocimientos en el tema, mientras que en el caso de un folleto o una hoja de información al paciente, lo más importante suele ser que pueda entenderse fácilmente y esté en un lenguaje sencillo aquello que se expone, al tener como destinatarios finales pacientes (tanto adultos como infantiles) y sus familiares o entorno más cercano.
Si nos encontramos con un texto como “IFF systems are developed for single manpads air defense systems”, una pobre traducción nos llevará al resultado “sistemas IFF se desarrollan para sistemas manpads de defensa aérea simples”
¿Dónde debe colocarse la palabra “simples”, en los manpads o en la defensa aérea? Dada la complejidad que se observa por ejemplo en las traducciones de patentes o de manuales técnicos, descuidar el estilo dará como resultado una confusión creciente si además consideramos que los textos de patentes pueden verse sometidos a varias combinaciones de traducción.
La traducción correcta sería “se desarrollan sistemas IFF de identificación amigo enemigo para sistemas portátiles individuales de defensa contra aeronaves”.
Hay que cuidar la gramática poniendo los nexos y locuciones adverbiales al comienzo de la oración.
“A system for achieving a reliable EW capability was therefore implemented” no debe traducirse como “Un sistema para conseguir una capacidad EW fue entonces implementado”. Tenemos una estructura sujeto-verbo-predicado. Lo correcto es “Por tanto, se implementó un sistema para conseguir una capacidad fiable de alerta temprana (Early Warning)”.
No olvidemos que existe una gran diferencia a la hora de usar los artículos en inglés y en español. En inglés, cuando se habla de sustantivos generales, no se emplean artículos.
Por ejemplo, en inglés es correcto decir “X parts and Y steps are essential for achieving optimal yields”. Frente al chirriante “Partes X y etapas Y son esenciales para…”, la traducción correcta será “Las partes X y las etapas Y son esenciales para obtener rendimientos óptimos”.
Y no olvide cuidar al máximo la unidad del lenguaje.
La traducción técnica no busca ser un ejemplo de traducción preciosista cargada de figuras literarias.
Respetando al máximo las reglas de la gramática del idioma de destino, se trata de proporcionar al lector (que en muchas ocasiones será un técnico) un mensaje claro, conciso y entendible sin ningún problema.
Debe huirse por tanto de las disyuntivas, dando a cada palabra extranjera una única versión española. Si por ejemplo, un texto técnico contiene cien palabras técnicas que son claves en ese texto, el traductor (una vez que se haya situado en el contexto) deberá asignar a cada palabra un significado concreto que deberá respetar a lo largo de toda la traducción.
Teniendo en cuenta estos diez mandamientos podrá tener las bases para reproducir el texto original de la manera más fiel, precisa y clara posible.